Los padres de intención con VIH pueden optar también a la maternidad subrogada. Gracias al lavado de semen puede descomponerse este fluido en células, espermatozoides y plasma seminal. El virus se encuentra en este último, por lo cual al descartarlo y congelar únicamente el esperma se elimina la posibilidad de que el bebé nazca contagiado.
Después del lavado se realiza un nuevo análisis de control, generalmente mediante la técnica PCR (Polymerase Chain Reaction), para comprobar que no haya ninguna partícula viral. Una vez se ha confirmado que la muestra está libre del VIH, se puede proceder a usarla para la fecundación in vitro.